domingo, 15 de septiembre de 2013

Recuerdo de la tierra.

A mí me gusta pensar en ti como alguien que siempre está. Cuando me pica el estómago por los miedos que a veces me asaltan, me alivia repasar el verano que pasé a dos casas de la tuya, casi tuya. Y me imagino regalándote una piedra y tú sonríes como si fueras el elegido. Elegido por mí.
Repaso también los días de ensayo y cuando intercambié alguna frase contigo. ¿Por qué a veces soy tan cortada? Me dijiste vente a la calle, que estaremos tocando y nos hace falta cantante. Y yo me fui a la playa a pasear. Seré pava. 

Sin embargo, me crucé contigo unas mil veces, aproximadamente, claro. Y nos paramos a saludarnos.

Hola...

El elegido...
Me acuerdo perfectamente. Pasaste en bañador, ibas a la playa. Y llevabas algo en el cuello.
Eras sencillo y lleno de vida. Lleno de todo. ¿Qué tiene? No lo sé. Supongo que hace de poco un todo y eso es lo que le da brillo. Tierno y sencillo; qué bella combinación.

Creo que las nubes intentaron decirnos algo, algo así como "esto es sólo un adelanto, dadme un par de años".

¡Y quién sabe!

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