jueves, 26 de septiembre de 2013

i tu què dius?

Roger de Flor, 6:30PM, patio interior bien iluminado, el sol ya es considerado inquilino.
Tocan al timbre.
RING, RING.

Ah, ¿pero que tenemos timbre?
Voy a la cocina y tiro el hueso de manzana.
Por suerte llego pronto.
Pasos.
Voy.
Qué nervios.
Abro.

¿Hola?

Es un chaval, todo en orden. Con pinta de universitario.
Su turno.

Buenas, venimos de Gran Hermano. ¿Está Raquel?
Ehm, creo que te has equivocado.
Ya lo sé, te estaba tomando el pelo, somos de Intermon Oxfam.
Ah, vale, qué gracioso.

Venga va, y ahora resulta que eres un personaje de Markus Zusak, te invito a un poleo menta y me dices que sí.
Pero no.

Este edificio es un poco fantasma, ¿no?
¿Por qué lo dices? ¿Es que no te abren...?

Nótese el sarcasmo.
Asomo la cabeza al rellano y hay una chica gótica como pegada a la pared.
¿Qué hace ahí? Le saludo.

Chica gótica: hola.
Y mira al techo.

Me la imagino en alguna entrevista de trabajo.

Y bueno... Amaranth, dime, ¿cuál es tu mayor defecto?
Ehem, bueno, soy demasiado perfeccionista; me pego a las paredes cuando intento vender un producto. Mis padres dicen que lo hago desde pequeñita.

Volvamos a la realidad.

Somos de Intermon Oxfam y buscamos a alguien mayor de 24 años...
Ay, qué pena, tengo 20. Venga, ciao.
Bueno, ¿pero hay alguien más aquí?
No sé, ¿HAY ALGUIEN MÁS AQUÍ? (digo dirigiéndome al pasillo, mirando hacia la puerta de mi compañero de piso)

No signal.

¿Hay alguien o no?
Espera que pregunte.

Me encanta hablarle a las puertas.
Que si sales.
¿Para qué?
No lo sé.
Espera que me vista.

En el rellano:

Espera que se viste.

Llega.
Comienza:

Hola, somos de blablabla y buscamos blablabla.
Ajám.
¿Es usted español?
Aún no.
Ah, entonces nada, es que buscamos españoles.


Se van.
Qué corto fue el amor y qué largo el olvido.


Dentro de casa.

Qué originales, buscar españoles en España...


Ligeresa, porque la vida no está hecha para contar, así, en general.





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